domingo, 22 de febrero de 2015

OJOS DE PALOMA

OJOS DE PALOMA
Evangelio según Juan Capítulo 9

No pregunten a mi madre, no lo hagan a mi padre. Porque aunque ellos me negaren o dejaren, con todo el que me dio luz me recogerá. Miren. Vean con sus ojos. La verdad es tan sencilla que hasta al simple lo hace sabio. ¡Qué misterio! El humilde humilla a los príncipes y el vil a los fuertes.
No busquen conocidos porque amigos no quedan ya. No hay testimonio ni testigo mayor que mi dolor pasado.
Digo yo: -Ciego era, y ahora veo la luz-.
No fueron mis padres, ni fui yo. No es el pecado de mis antepasados, sino la manifestación predestinada de su obra.
-¡Cuán grande son, oh Dios, tus pensamientos!-
-¡Cuán grande es la suma de ellos! Estoy maravillado-. Maravíllense conmigo el que crea.
No busquen misterio en un poco de lodo, ni milagros en el Estanque de Siloé. Busquen respuesta en la evidencia de mi vida:
-Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo-.
Busquen confirmación en el que fui, y en quien ahora soy. Mírenme. Soy la labor de Dios manifestada. Soy un milagro que les habla.
Traten de comprenderme. Si pusiera en balanza la religiosidad de vuestras sinagogas, faltas serían halladas ante la majestad de la verdad de mis palabras. Tengo en poco toda su liturgia solemne, aunque sin ánimo de ofenderles. Pero mientras ustedes alaban el discurso y las tradiciones, la fe de nuestros padres se hizo hombre, y me tocó.
Cállense las palabras intelectuales y de sabiduría sin revelación santa. Enmudezca el enloquecido discurso religioso. ¿Cómo piensan convencerme?  Él se hizo carne y con una pregunta cambió mi corazón para siempre:
-¿Crees tú en el Hijo de Dios?-.
-¿Quién es, Señor, para que crea en él?-.
-Pues le has visto, y el que habla contigo, él es-.
Y digo: -Creo, Señor, y le adoro-.
Desde ese momento y para siempre mis ojos se hicieron como de palomas, no los puedo apartar de tu gloria. Miran fijamente a ti como única meta de mi existencia ¡Si habiendo yo sido ciego, ahora te veo! 
El Amado que desearon ver y oír los profetas. Aquel al cual saludaron de lejos los padres de la fe. Al glorioso Señor de los cielos y la tierra.
Jesús, dejo atrás lo que pasó y lo tengo por basura. Porque si vivo mirando de frente al sol, las sombras siempre estarán a mis espaldas. Te miro y cae detrás de mí todos mis problemas. Iluminado por la faz de tu rostro viviré y mi retaguardia será tu gloria.

Mis ojos están pegados a ti. Esa es la mejor adoración que puedo darte